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Prensa I 1994

1)  10 de febrero  I  Ojo  I  Nº 9354  I  Artistas peruanos se lucen en Quito  I  Página 11

 

QUITO, Feb. 09 (AFP).- Una muestra de 17 artistas peruanos, entre quienes se destacan Fernando de Szyszlo, Venancio Shinki, Mariella Agois, Ramiro Llona y Gerardo Chávez, se abrió el miércoles en la galería M y S de Quito.

También colgaron sus obras David Herskovitz, Carlos Revilla, Ricardo Wiesse, Ella Krebs, Leoncio Villanueva, Marta Vértiz, Hernán Pazos, Carmen Jarque, Alberto Grieve, Bruno Zeppilli, Anselmo Carrera y Moico Yaker.

La exposición que se inauguró con la presencia del embajador de Perú en Ecuador, Eduardo Ponce, “está destinada a promover una aproximación integral que contribuirá a un mejor conocimiento de la plástica peruana y al fortalecimiento de la amistad entre los dos países”.

Uno de los críticos que asistió a la apertura de la muestra observó que “la muestra artística peruana acerca un movimiento plástico de identidad propia que ha sabido pasearse por el mundo” y elogió la obra de Szyszlo que, según dijo,  muestra “un virtuoso tratamiento de luces”.

Sobre el trabajo de Mariella Agois, observó que “muestra un río de imágenes que acercan un juicio a la realidad del mundo” y frente a la serigrafías de Anselmo carrera, anotó que representan la cobertura fotográfico-noticiosa de la violencia en la sierra centro-sur del Perú entre 1984 y 1987.

La exposición permanecerá colgada hasta el 01 de marzo.

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2)  13 de marzo  I  La Nación  I  Magazine  I  Pintura  I  Ecuatorianos prendados de pintura peruana  I  Página 17

 

Una muestra colectiva con las obras de 18 de los principales pintores contemporáneos de Perú fue inaugurada en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil por el embajador peruano en Ecuador, Eduardo Ponce Vivanco.

La exposición, que permanecerá abierta hasta el próximo día 18 en el salón de exposiciones del Museo Arqueológico de un importante banco de esa ciudad portuaria, incluye obras de Mariela Agois, Anselmo Carrera, Gerardo Chávez, Alberto Grieve, Ella Krebs, David Herskovitz, Carmen Jarque, Ramiro Llona y Elda di Malio.

También, de Hernán Pazos, Carlos Revilla, Venancio Shinki, Fernando de Szyszlo, Marta Vertiz, Leoncio Villanueva, Ricardo Wiesse, Moico Yaker y Bruno Zeppilli.

La exposición llegó a Guayaquil procedente de una de las principales galerías de arte de Quito, donde estuvo colgada entre el 9 de febrero y el 1 de marzo pasado.

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3)  5 de marzo  I  El Comercio  I  Año 154  I  Nº 81218  I  Sección C  I  Cultural  I  Pinturas de 18 peruanos exponen en Guayaquil  I  Página C – 9

 

GUAYAQUIL, Ecuador.- Una muestra colectiva con las obras de 18 de los principales pintores contemporáneos del Perú fue inaugurada hoy en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil por el embajador peruano en Ecuador, Eduardo Ponce Vivanco.

La exposición, que permanecerá hasta el próximo día 18 en el sal´ón de exposiciones del Museo Arqueológico de un importante banco de esa ciudad portuaria, incluye obras de Mariela Agois, Anselmo Carrera, Gerardo Chávez, Alberto Grieve, Ella Krebs, David Herskovitz, Carmen Jarque, Ramiro Llona y Elda di Malio.

También, de Hernán Pazos, Carlos Revilla, Venancio Shinki, Fernando de Szyszlo, Marta Vértiz, Leoncio Villanueva, Ricardo Wiesse, Moico Yaker y Bruno Zeppilli.

La exposición llegó a Guayaquil procedente de una de las principales galerías de arte de Quito-. (Efe).

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4)  7 de mayo  I  El Comercio  I  Año 155  I  Nº 81281  I  Sección C  I  Cultural  I  Exposición colectiva es presentada en Chiclayo  I  Página C – 12

 

Coincidiendo con la semana de Chiclayo y el 16º aniversario de su suplemento cultural ‘Lundero’, el diario ‘La Industria’ presenta la muestra ‘Pintores y Escultores Peruanos Contemporáneos’, en la sala de exhibiciones del Banco Mercantil de la ciudad norteña.

De esta manera se dio realce a la celebración del acto central del aniversario, que fue la entrega de premios del concurso de cuento y poesía ‘Lundero 94’.

La hermosa sala, dirigida por Laura Seminario de Pinillos, acoge obras de seis pintores y tres escultores cuyas edades están entre los 30 y 40 años.

Ellos son Anselmo Carrera, Jorge Castilla Bambarén, Tito Monzón, Enrique Polanco, Javier Ruzo, Ana Zegarra, Javier Aldana, Alina Canziani y Rocío Rodrigo. Los nueve artistas, representantes de una destacada generación, fueron escogidos por el crítico de arte limeñosJorge Villacorta Chávez con la organizadora de la muestra Maya Checa de Ortiz.

El visitante a la muestra puede así apreciar dos esculturas de mediano formato trabajadas en travertino por el escultor Javier Aldana que combinan una aproximación geométrica con un respeto por la piedra en su estado natural.

Las obras de Aldana contrastan con las de Rocío Rodrigo y de Alina Canziani. Rocío presenta una pieza en la que ha plasmado un Buda en femenino, realizada en travertino y con talla de madera de eucalipto.

La escultura de Alina representa un desconcertante núcleo familiar en ‘Volver II’; las figuras están realizadas en resina combinada con otras materias.

En pintura, el visitante puede apreciar la figura esperpéntica de ‘El Actor’ de Enrique Polanco que representa a la muerte en un entorno humano, visiblemente limeño. También puede observar las rupturas con los formatos tradicionales de carácter abstracto y de signo espiritual de Javier Ruzo y de carácter figurativo de Tito Monzón quien hace obra experimental.

Jorge Castilla Bambarén también representa a la muerte, dentro de un contexto que imita una representación mitológica. Anselmo Carrera pinta al cuerpo pero de manera ambigua, doliente, a punto de desaparecer o de transformarse, casi con un sentido religioso.

Ana Zegarra contempla en su pintura los alrededores y rincones del hogar y descubre en lo cotidiano la fuente de una misticismo, que lleva la influencia de la división sacra de los pintores flamencos de los siglos XV y XVI.

Esta importante muestra podrá ser vista por el público chiclayano hasta el 12 del presente mes.

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5)  Trujillo, Perú  I  24 de abril  I  La Industria  I  Suplemento Lundero  I  Encuentro en Chiclayo. Formas de una modernidad propia.  I  Jorge Villacorta 

 

“Pintores y escultores peruanos contemporáneos”, exposición de artes visuales que presenta el diario La Industria en la Sala de Exhibiciones del Banco Mercantil en Chiclayo, reúne obras de un grupo compuesto por seis pintores y tres escultores que destacan nítidamente en el ambiente de la plástica nacional. Algunos de ellos han participado representando al Perú en importantes eventos artísticos internacionales. Son nueve presencias claves que, por el perfil que conforman sus edades -entre los 33 y los 44 años-, pertenecen a una misma generación.

Desde fines de la década pasada la gran pregunta que flota en el ambiente de la plástica nacional concierne a la presencia que podría llegar a tener el arte peruano contemporáneo en la escena internacional. Ya pasado 1992, año durante el cual, como era de esperarse, diversas propuesta plásticas de artistas latinoamericanos alcanzaron cierto grado de receptividad por parte de públicos de Europa y los Estados Unidos, resulta alentador constatar que el interés en el arte de Latinoamérica tiene ahora una mayor intensidad.

Hace un año, ARTnews, la popular revista estadounidense dedicada al comentario del arte, consagró un artículo central a lo que es visto como un fenómeno sin precedentes en América Latina: un auge de creación artística, de crítica y de mercado de arte. El artículo señalaba que no sólo se está dando en América Latina un florecimiento de propuestas contemporáneas con carácter propio, que están ganando su lugar en eventos artísticos mundiales al lado de otras de artistas provenientes de los tradicionales centros internacionales del arte occidental, sino que se están generando discursos críticos capaces de sustentar e impulsar el trabajo de los creadores latinoamericanos. Además, existe ya un activo mercado de arte latinoamericano en la región misma, que en buena medida absorbe la producción de un núcleo importante de artistas que ya no necesitan optar por el autoexilio en París o Nueva York y que, más bien, tienen en la actualidad una presencia móvil en las Américas, que los hace igualmente conocidos y valorados.

En la misma edición de ARTnews se incluía una serie de 10 perfiles periodísticos de artistas latinoamericanos que a juicio de críticos estadounidenses -anglosajones y latinos- se hallan en posición de dejar una marca importante a nivel internacional en los próximos años. Entre ellos figuraban la instalacionista brasileña Frida Baranek (n. 1961), el pintor chileno Arturo Duclós (n. 1959) y el pintor dominicanos Arnaldo Roche-Rabell (n. 1955).

Ningún artista plástico peruano figuraba entre los 10 seleccionados por los críticos y tampoco había una sola mención al Perú en el artículo central al que se ha hecho alusión. En vista de ellos, y transcurrido un año desde entonces, tal vez sea el momento de aprovechar la distancia para preguntarnos -modificando la pregunta al principio este texto- ¿con qué clase de propuestas sería deseable que el arte peruano contemporáneo conquistara un espacio propio en el ámbito exterior?

Rechazando de plano la idea de un frente común de artistas peruanos, unidos sobre la base de un alineamiento temático o estilísticos -nada sería más ajeno al espíritu de la época- resulta importante recalcar que la naturaleza de cualquier propuesta peruana en estos momentos debe quedar definida por su potencial para transparentar y poner en evidencia el proceso creador del que ha surgido. Los artistas peruanos contemporáneos comparten un rango de experiencias asociadas a la historia reciente del Perú y a su incierta conexión con el contexto histórico mundial. ¿Cómo ignorar las repercusiones de la percepción traumática de un progresivo deslizamiento hacia los márgenes de lo occidental, al borde mismo de lo periférico? Hay en todo esto un sustrato que cada quien procesa de distinta manera, en respuesta a vivencias personales, articuladas intuitivamente pero luego empleadas con conocimiento en el espacio individual de creación. Y sobre todo con la aspiración de comunicar algo más que la propia individualidad.

Podría decirse que e rasgo que define a nuestro arte contemporáneo más valioso sería la encarnación en creación visual de la percepción problemática de la carga histórica y social peruana por los artistas en tanto individuos. Un acto tácitamente político, en esencia, pero que de ninguna manera se traduce en un arte político.

Las manifestaciones de esto no sólo estarían dando a nivel de una estrategia artística de apropiación de referentes visuales ya sea del pasado distante o del cercano, de carácter local o foráneo, sino sobre todo en dinámicas de condensación y decantamientos que rescatan estructuras a través de las cuales va quedando representada una superposición de tiempos en los trabajos. No se trata de concepciones de tiempo abstractas sino de ingresos en la temporalidad como espacio-base de identidad humana: socio-histórica, mítico-religiosa, sensorial.

El artista hace coincidir los tiempos, imbricándolos en la duración del proceso de materialización de la obra. Signos de esta acción en el tiempo son las marcas que el artista imprime en la materialidad de todo elemento que le opone resistencia y que es transformado por voluntad creadora.

Llama la atención la configuración de los trabajos de artistas peruanos de hoy, pues aún en los casos en que se presentan bajo el aspecto de reflejo del mundo, evidencias una construcción conceptual sensibilizada por la respuesta emocional a la propia circunstancia. La historia personal es el tamiz por el que pasa la asimilación de la simultaneidad de experiencias heterogéneas en el entorno. También ilumina la estructura interna que el proceso va revelando como inherente a la propuesta artística individual, y confiere significado a las dimensiones que la imaginación del artista otorga a la cultura como constelación de vectores que se suman flexiblemente en el tiempo.

De los pintores seleccionados para la muestra en Chiclayo, An selmo Carrera (Lima, 1950) y Carlos Enrique Polanco (Lima, 1953), ambos egresados de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima, han emprendido poderosas indagaciones en la opción expresionista. En la actualidad, sin embargo, ya no puede ubicarse la obra de ninguno de los dos cómodamente en dicha tendencia. El centro es las telas más recientes de Carrera un presencia que anuncia su propia ausencia, y en la que se insinúa la figura humana, no como forma sino como lugar emocional que puede verse sujeto a transfiguraciones. Polanco explora la dimensión fantástica que habita en la cotidianeidad urbana, introduciendo referentes concretos -desde la forma pictórica de la representación al color-de la cultura popular de Lima en la actualidad: principalmente, la del migrante andino inserto en la vida de la capital.

Jorge Castilla Bambarén (Lima, 1959) y Javier Ruzo (Lima, 1958) han pasado por varios centros de formación artística, el primero a nivel local y el segundo, anivel internacional. Castilla Bambarén ha desarrollado en pintura una visión fuertemente personal, en la que a través de la representación de personajes-signo en los que se fusionan distintas naturalezas, se alude a un espacio mágico-religioso en el que se desconstruye la violencia como instinto atávico. Ruzo opta por la dimensión cósmica, representada por medio de una abstracción de signos, que recoge la simbolización cosmogónica que el hombre ha inventado para significar su lugar en el mundo natural y su relación con lo que existe.

Tito Monzón (Cajabamba, 1960) formado en al Escuela de Bellas Artes de Trujillo, se ha consolidado una propuesta que se aproxima a ser una figuración crítica, por el carácter fragmentario de los representado, que interrumpe los hilos narrativos de cualquier posible tema, y transfiere la carga a los elementos materiales extrapictóricos que el artista utiliza en sus ensamblajes. Ana Zegarra (Lima, 1960), formada en Europa, asume la pintura figurativa, en cambio, como el medio para desarrollar una narrativa personal, que deja translucir el encuentro de una particular visión espiritual con la realidad, y en la cual la quietud se ve atizada por la intensidad de la contemplación.

Alina Canziani (Lima, 1960), Javier Aldana (Lima, 1960) y Rocío Rodrigo (Lima, 1960), escultores formados en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Católica, son tres de los más claros valores de la escultura peruana contemporánea. Canziani parecería proponer una nueva lectura de la relación con el entorno, a nivel síquico, en la que la representación de formas reales se aproxima a ser algo entre una re-significación y una simbolización de la naturaleza, como espacio de descubrimiento integral del ser. Aldana trabaja una opción abstracta que tiene su centro en una percepción de la forma humana como fundamento de construcción; toda referencia directa queda, sin embargo, transformada por la radical síntesis escultórica del artista, quien partiendo de principios geométricos constructivistas a los que aporta una impronta que podría calificarse como expresionista, y recurriendo a un repertorio personal de signos, plasma en volúmenes y planos bien delimitados y organizados espacialmente violentos flujos de energía. Rodrigo ha desarrollado, también, una propuesta muy personal a partir de una indagación en el poder sico-social del mito como eje del pensamiento religioso, y basándose en representaciones iconográficas tradicionales, subvertidas con clara intención por ella, propone una visión abierta de la femineidad y un campo semántico visual, referido específicamente a ésta.

Las propuestas de estos nueve artistas están claramente finadas al período cambiante en el que vivimos, signado por la búsqueda de formas de una modernidad propia y vivificado por el anhelo de lograr integridad, de alcanzar una recomposición simbólica compartida. Su valor artístico reside en haber hallado una expresión abierta de contenidos propios, que incorpora a nivel visual referentes del arte occidental contemporáneo, pero que asume el compromiso de comunicar significados re-descubiertos en el proceso de compenetración del impulso creador con el horizonte cultural multiforme del Perú.

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6) Trujillo,Perú  I  8 de mayo  I  La Industria  I  Suplemento Lundero  I  El arte que está viendo Chiclayo  I  Severino Bartra

 

En Chiclayo confluyen las artes. Las letras dieron forma y vida a la fantasía y plasmaron los cuentos y poemas galardonados en el IX Concurso de Cuento y Poesía. El certamen, que rescata y promociona la creatividad infantil y juvenil, fue organizado por Lundero, Suplemento Cultural de La Industria, que fusionó así la celebración por su XVI aniversario de creación con la épica labor de enriquecer el espíritu que bruñe hace tres últimos lustros. Además Lunero reunió la forma y el color de jóvenes escultores y pintores peruanos y los ofreció a la ciudad por su 159 aniversario en la Exposición de Pintores y Escultores Peruanos Contemporáneos. Las musas pasearon en Chiclayo.

Desde su concurrida inauguración el viernes 22 de abril en la Sala de Exhibiciones del Banco Mercantil, “Pintores y Escultores peruanos contemporáneos”, muestra auspiciadas por el Diario La Industria ha venido atrayendo a un publico muy numeroso.

La hermosa Sala del Banco presenta aún por una semana más la obra de un grupo de seis pintores y tres escultores cuyas edades están entre los 40 y 30 años, y que representan la generación emergente en las artes plásticas peruanas. Los nueve artistas fueron escogidos por el crítico de arte Jorge Villacorta Chávez en consulta con la organizadora, señora Maya Checa de Ortiz. Villacorta ha reunido así un conjunto muy variado de obras, que -según él mismo explica- no sólo son representativas de una parte importante del panorama nacional de las artes visuales sino que también reflejan asimilaciones personales de tendencias presentes en las artes visuales del mundo actualmente.

Así, el visitante a la muestra puede apreciar dos logradas esculturas, trabajadas en travertino por Javier Aldana (Lima, 1960), que combinan una aproximación geométrica con un respeto por la piedra en su estado natural. Las esculturas de Aldana contrastan con las de Rocío Rodrigo (Lima, 1960) y Alina Canziani (Lima 1960), Rocío presenta una pieza que representa un Buda en femenino y que, por consiguiente, lleva por título “La Buda”; la base, en forma de flor de loto, está realizada en travertino, y sobre ella, tallada en madera de eucalipto recubierta con resina, está la figura femenina que juega con la imagen del mal llamado sexo débil haciéndola un objeto de veneración. Por su parte Alina representa muy a su manera un desconcertante núcleo familiar en “Volver II”; las figuras están realizadas en resina combinada con otras materias: el hombre, en resina con cemento; la mujer, en resina con algas de acequia; el niño, en resina con semillas de achiote. Un retorno a la tierra y una reconciliación cultural.

En pintura, el observador puede apreciar las figuras esperpénticas de “El actor” de Enrique Polanco (Lima, 1953), caracterizado como la Muerte, en un entorno urbano y visiblemente limeño; las rupturas con los formatos tradicionales de carácter abstracto y de signo espiritual de Javier Ruzo (Lima, 1958), y de carácter figurativo de Tito Monzón (Cajabamba, 1960),quien hace obra experimental por su exploración visual de fragmentación y de plano que rompen con la superficie del cuadro como algo único e uniforme. Jorge Castilla-Bambarén (Lima, 1959) también representa a la muerte pero a través de signos de calaveras y dentro de un contexto que imita una representación mitológica, tal vez como una reflexión acerca de los orígenes de la cultura en el mito. Anselmo Carrera (Lima, 1950); por su parte, pinta al cuerpo pero de manera ambigua, doliente pero a punto de desaparecer o de transformarse, casi con un sentido religioso. Ana Zegarra (Lima, 1960) contempla en su pintura los alrededores y rincones del hogar y descubre en lo cotidiano la fuente de un misticismo; en ella se percibe la influencia de la pintura flamenca de los siglos XV y XVI.

El sábado 23, Villacorta Chávez, quien había viajado desde ima para el montaje de la muestra, dio uns conferencia en el Garz Hotel acerca de “ElArte peruano en la última década”. Antes de eso se dio tiempo para conducir a un grupo de corresponsales escolares del diario La Industria en visita guiada de la muestra, explicando las características de las obras expuestas y la formación y proyección de sus autores; los corresponsales siguieron atentamente la explicación y también plantearon preguntas al respecto.

Villacorta Chávez dio su versión del rumbo tomado por las artes visuales en el país en la conferencia. Ilustró sus puntos de vista con diapositivas de otros artistas no representados en la exposición del Banco Mercantil, tales como Moico Yaker (Areuipa, 1949), Bruno Zeppilli (Lima, 1955), Patricia Vega (Lima, 1963) y Jaime Romero (Lima, 1960).

Luego de una pequeña polémica, suscitada a través de las preguntas del público, Villacorta declaró en entrevista que la violencia terrorista que asoló al país marcó fuertemente a los artistas plásticos en su relación con el arte: “Los artistas visuales no pudieron sustraerse de esa explosión de violencia, pero tuvieron dificultad en tratarla directamente, en su mayoría, y optaron por indagar en las formas artísticas aparecidas a través de la historia. Esta indagación consciente”, agregó, “no busca algo ajeno, sino aquello que en la historia del arte se ha usado antes, y eso ha servido al artista de asidero para entrar en el presente”.

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